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Cocina y cuida tu peso al mismo tiempo

Entre los propósitos de año nuevo, muchas de nosotras nos proponemos llevar una dieta más balanceada, que nos permita mantener a raya nuestro peso y a la vez nos dé energía para enfrentar una dura jornada. Reconocemos que comer fuera de casa puede ser rápido, rico, cómodo y algunas veces… poco saludable.

Si analizáramos el contenido de los alimentos que se consumen, no en los puestitos de la calle, fonditas o cantinas, sino en hoteles, cafeterías y restaurantes, supuestamente “confiables”, no volveríamos a probar bocado en un buen tiempo. (Y no te hablo de las grasas y las frituras, solamente… el manejo de los alimentos, el origen y calidad de la materia prima, y la forma de prepararlos, no siempre es lo ideal).

Tu figura, sin duda, también se ve perjudicada cuando comes fuera de casa. Sin embargo, aunque sabemos que no comparación con comprar y preparar nuestros propios alimentos, aunque muchas veces no nos da la vida (o la imaginación) para hacerlo.

Aunque tengas poco tiempo para cocinar, no te descuides: siempre hay alternativas. Te damos tips muy sencillos para seguir un plan de alimentación de cocina fácil y lo puedas saborear en casa o llevarlo en tus recipientes a la oficina.

Recuerda que la base de una buena alimentación es consumir productos naturales y no procesados, además de que éstos te permiten elaborar diferentes platillos exquisitos.

Para el desayuno, si eres de dulces, una buena idea es hornear un pan de harina integral y azúcar mascabada (sin mantequilla). No excedas de una porcióny acompáñalo con té o café solo. Evita la leche entera, los jugos y los licuados, tienen gran cantidad de “calorías escondidas”.

Si lo tuyo es comer salado por la mañana, puedes preparar huevos al gusto, servidos con ejotes, nopales,un rollito de jamón de pavo y hierbas aromáticas, una opción poco costosa, rápida y baja en calorías. Evita comer tortilla, pues el huevo solo ya te debe saciar.

Para la comida, prepara consomés o caldos de pollo, pescado o verduras sin grasa, en primer lugar, porque consumirlas puede llevarte más tiempo, y al llegar al plato fuerte, ya te habrás casi llenado. Evita la sopa de pasta pues aporta muchos carbohidratos.

Como plato fuerte no olvides cocinar proteína: carnes, aves o pescado a la plancha son una excelente opción, o un plato de legumbres sin grasa, como ensalada de lentejas, alubias o garbanzos.

El mejor acompañamiento para tu proteína es la verdura al vapor, no lleva mucho tiempo prepararla (puedes comprarla congelada) y mientras le echas un ojo a su cocción puedes realizar otras actividades.

De postre procura elegir siempre una pieza de fruta que no requiera preparación, como una manzana, una pera, un plátano, una rodaja de melón o sandía. Te quitan el antojo de comer dulce sin añadir demasiadas calorías a tu dieta.

Al salir de casa, no olvides llevar un snack para las colaciones entre comidas, eso ayudará a que al momento de ingerir un plato fuerte no comas en exceso. Fruta, yogur o frutos secos en pequeña cantidad o una barra de amaranto te dan energía y no suman tantas calorías.

Quizá la comida a la que debes poner más atención es la cena. Siempre debe ser ligera, puesto que durmiendo reduces tu metabolismo y el exceso calórico se transforma en grasa. Come un pescadito a la plancha o una ensalada de pollo o jamón, con trozos de frutas o limón, evitando el uso de mayonesas o aderezos grasosos.

En la mayoría de los casos, estos tips no sacrifican el sabor de tus platillos, sin embargo, no olvides otros buenos hábitos que te ayudan a conservar tu figura y que, por tanto, deben ir de la mano con tu alimentación: dormir a tus horas y las horas suficientes, tomar por lo menos 2 litros de agua al día y no ingerir nada de comida chatarra (sin excepción).

Si ya estás haciendo un esfuerzo por cuidarte llevando un plan de alimentación saludable, recuerda que con Redustat® bajas el doble de peso y los resultados serán mejores.

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