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El hambre emocional: ¿te pasa?

Sabemos que estás echándole todas las ganas para conseguir tu peso y figura ideales y probablemente seas de las personas que no pueden parar de comer. Las razones pueden ser muchas, pero en ocasiones se debe a tus emociones.

¿Te pasa que, si estás angustiado o enojado, tiendes a calmarte con la comida? Quizá en el fondo no tengas hambre y lo que estés haciendo es darle a tu cuerpo un placebo que te ayude a calmarte. Hablemos de los probables temas emocionales que puedan estar haciéndote comer.

Ansiedad

“Estás ansioso/a” es lo que nos dicen cuando caminamos en una habitación sin parar, cuando jugamos repetidamente con objetos, cuando no nos concentramos, entre muchos otros, y también cuando comemos todo el tiempo. Lo cierto es que sí, el buen manejo de la ansiedad puede evitar que comas sin tener fondo. Intenta lo siguiente:

Pregúntate si tienes hambre en realidad o solo estás comiendo por comer.

Traslada tu ansiedad: esto funciona si es por momentos cortos; por ejemplo, podrías usar una pelota antiestrés o jugar con una cajita de arena.

Sustituye los alimentos por agua. Sí, inténtalo, el agua no hace daño a nadie y además satisfará un poco tu necesidad.

Mal humor

¿Todo te pone de malas? ¿Escuchas el hermoso cantar de los pájaros y solo piensas en lo lindo que sería estar en tu habitación sin nadie alrededor? ¿Sólo encuentras un poco de placer al comer? No entremos en juicios, pero sí hablemos de tres puntos que pueden ayudarte con ese humor y, además, a no comer por él:

Escucha música que te guste, sobre todo alegre, y canta. En serio, te sorprenderá tu nuevo ánimo al cantar.

Haz consciente tu mal humor, respira y pregúntate: ¿en serio esto me puso de malas? Si no lo ameritaba, regálate una sonrisa.

Date un tiempo para hacer las cosas que más te gusta hacer.

Cansancio

Parece obvio pero no lo es. ¿Te ha pasado que, cuando te desvelas, tienes hambre? Lo que quizá no te hayas percatado es que al despertar también tendrás hambre; eso se debe a los cambios en el organismo por la falta de descanso. ¿Y si en lugar de comer te vas a dormir un rato?

¿Te hizo clic lo anterior? Si es así, te recomendamos visitar a un especialista para que juntos busquen la raíz del problema. También, te recomendamos realizar una dieta balanceada, actividades físicas y ubicar si es hambre emocional, lo que te lleva a comer de más.

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